8.25.2010

La cara de gilipollas que se nos quedaba cuando intentabamos tomar las medidas en clase de dibujo, desde la mesa, con el lapiz y un ojo tuerto. Todxs acurrucados en el papel. Diciéndole algo a ese blanco sepulcral que lo empaña justo antes de que alguien lo ametralle a carboncillo.

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