12.31.2010


Sigo mostrando una infinita curiosidad por el caer de tus ropas al suelo, por tus maneras nunca iguales de quitarte la camiseta y me sigue provocando una imparable sensación de escape y huída deshecha desabrocharte con mis dedos los botones, o arrancar cremalleras. Se me mete en el vientre y nada ni a nadie lo veo capaz de poder igualar o despedazar esto. Está atado sin cuerdas. Se ha ido y sigue aquí.

No hay comentarios: